miércoles, 5 de diciembre de 2012

Que salga el sol por donde quiera

Que bien sienta esta sensación de tranquilidad que uno siente en su cuerpo, sobre todo cuando llevabas tanto tiempo sin sentirla. Es algo que si lo sientes a menudo no te das cuenta lo necesario que es para ti, pero cuando no lo tienes, necesitas con urgencia que vuelva a ti.

 De repente un día te levantas con una leve sonrisa, con una energía que hasta tu propio cuerpo se asombra de que la tengas y te das cuenta de que te apetece sonreír, que tienes ganas de plantarle cara a la vida y coger el toro por los cuernos, sin importarte nada más ese día.

Pero a la vez de esa sensación extraña y gratificante, un miedo te invade tu cuerpo, por no saber hasta cuando va a durar esa grata sensación y tienes miedo de que pase algo para que en un chasquido esa niebla vuelva a ti.

Te das cuenta que días antes algo ya había cambiado, aunque tú no lo habías apreciado. Uno de tus principales problemas se esconde y parece que quiere volver a la normalidad, pero claro después de todo es imposible. E intentas pasar desapercibida ante tal circunstancia, pero no eres la única que se ha dado cuenta. Y ese pensamiento te invade la cabeza durante días, estás asombrada ante tal cambio, pero nada puede o quizá es porque no quieres que todo vuelva a resurgir. O no tan fácilmente.
Y aunque quisiera saber que ocurre lo dejas pasar, porque decides que nadie puede estropearte tu ratito te tranquilidad que llevabas añorando tanto tiempo.

2 comentarios:

  1. Me alegrooo¡¡¡ Si es por lo que creo, espero que en breve lo tengas en el olvido.
    Besitooossss

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  2. Muchas gracias!! Nos vemos pronto!! Besitos

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