Que bien sienta esta sensación de tranquilidad que uno
siente en su cuerpo, sobre todo cuando llevabas tanto tiempo sin sentirla. Es
algo que si lo sientes a menudo no te das cuenta lo necesario que es para ti,
pero cuando no lo tienes, necesitas con urgencia que vuelva a ti.
De repente un día te
levantas con una leve sonrisa, con una energía que hasta tu propio cuerpo se
asombra de que la tengas y te das cuenta de que te apetece sonreír, que tienes
ganas de plantarle cara a la vida y coger el toro por los cuernos, sin importarte
nada más ese día.
Pero a la vez de esa sensación extraña y gratificante, un
miedo te invade tu cuerpo, por no saber hasta cuando va a durar esa grata
sensación y tienes miedo de que pase algo para que en un chasquido esa niebla
vuelva a ti.
Te das cuenta que días antes algo ya había cambiado, aunque
tú no lo habías apreciado. Uno de tus principales problemas se esconde y parece
que quiere volver a la normalidad, pero claro después de todo es imposible. E
intentas pasar desapercibida ante tal circunstancia, pero no eres la única que
se ha dado cuenta. Y ese pensamiento te invade la cabeza durante días, estás
asombrada ante tal cambio, pero nada puede o quizá es porque no quieres que
todo vuelva a resurgir. O no tan fácilmente.
Y aunque quisiera saber que ocurre lo dejas pasar, porque
decides que nadie puede estropearte tu ratito te tranquilidad que llevabas
añorando tanto tiempo.
Me alegrooo¡¡¡ Si es por lo que creo, espero que en breve lo tengas en el olvido.
ResponderEliminarBesitooossss
Muchas gracias!! Nos vemos pronto!! Besitos
ResponderEliminar